jueves, 12 de mayo de 2011

Quedan 588 días (Regreso de Londres)

Ayer fue mi último día en Londres. Toda una pesadilla. Con el pie aplastado y vendado, sin rastro de Marcela. Bueno, ni ella lo tenía de mí. Regresaba a Málaga en vuelo directo, pero éste retrasó su salida de Heathrow más de dos horas por problemas técnicos en el avión. Una vieja arpía me pisó el pie lastimado y ni siquiera se disculpó. Pedí a Gabi que me recibiera en el aeropuerto de Málaga. Lo tuve que hacer por correo electrónico. Él me aguardaba con una sonrisa de oreja a oreja y yo con una tensión acumulada que explotó a la primera broma que me gastó.

- Oye, no me mandes a la mierda, que te he venido a buscar -me advirtió con seriedad.
- Joder, no estás viendo que vengo mal -protesté.

Le conté en el trayecto hasta el centro cómo se produjo mi percance y la noche loca con Marcela. Él me advirtió que hay que alejarse de las argentinas. "No embisten claro". Creo que es un dicho taurino. En todo caso pocas mujeres son ajenas a esa frase. Al final regresé a casa a las diez de la noche exhausto. Tan cansado estaba que en un acto reflejo le quise dar una propina a Gabi por subirme la maleta. Dormí profundamente y tuve pesadillas con mi pie.
Esta mañana  temprano me he levantado con un dolor más intenso aún y he ido a urgencias para que me lo miren, pero una joven traumatóloga, atractiva, pero inexperta, me ha dicho que tome analgésicos y descanse. Pese a ello, lo primero que he hecho es ir a la tienda de móvil donde adquirí el puñetero táctil. Evidentemente el aparato no tenía arreglo, así que he optado por comprar otro y recuperar los números que tenía registrados en la tarjeta SIM. He podido recuperar el de Marcela y un mensaje de aquella fatídica tarde donde decía: "Llego tarde a la cita. Una hora, no más". La he llamado rápidamente, pero no lo ha cogido. Le he enviado tres mensajes en los que le explico lo ocurrido. Ahora que los releo suenan a excusas para no verlas. Le he pedido también su dirección de correo. Hace unos minutos que me la ha enviado. Mañana más sereno le escribiré. He estado escuchando también varios mensajes en el contestador. Sorprendentemente todas las llamadas son de ayer. Por este orden, la vaca burra, el abogado, alguien de la compañía de seguros del coche, Raquel y Adriana. Mañana devolveré las llamadas de modo inverso, claro está. Al menos, me han dado una buena noticia en el buzón de voz, me indemnizarán el incendio del Golf con casi cuatro mil euros. No está mal. He calculado que con ese dinero me puedo gastar una media diaria de siete euros en taxi.
Me he comprado una muleta en la farmacia que hay en la plaza de la Merced y me he pasado el resto del tiempo en casa. He visto noticias sobre un terremoto en Lorca y lo he relacionado con la profecía de Raffaele Bendandi, un itialiano que auguraba la destrucción de Roma por un gran seísmo precisamente hoy. Nunca le di credibilidad a ese anuncio, pero parece mucha casualidad que tal día como hoy haya pasado esto en la zona del Levante. Es una de las tantas señales que profetizaron los mayas. Simplemente eso. Y aún queda lo peor por llegar.
Mientras tanto hoy más que nunca tomo conciencia de esta cuenta atrás y sé que desde hoy nos restan 588 días de existencia.

1 comentario:

  1. Por tu bien no debes seguir contando mas cosas de la argentina, si prometiste guardar secreto cumple tu palabra

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