miércoles, 25 de enero de 2012

Tormentas solares, Fitur y una nueva chica

Aburrido o, como dice el comentarista, 'havurrido'. Pues no vas a estarlo en los próximos meses. Poco a poco te irás dando cuenta de que lo que yo he ido contando por aquí no ha sido ningún delirio quijotesco. Las noticias poco a poco van formando el puzzle. Hace tiempo que los mayas auguraron una tormenta solar. Pues, ya la tenemos aquí. Por favor, Hedonista, hazme el favor de poner un enlace de una noticia de Abc sobre la Tormenta Solar. Hace unos meses muchos me tomaban por un pirado y seguramente muchos lo seguirán creyendo. Pues aquí tenéis. Otro aviso serio. Dije hace ya un par de meses que pronto habría un problema tecnológico grave que desestabilizaría la sociedad actual. Si leéis la noticia, veréis que están en peligro muchos satélites.
Si Aburrido tienes ganar de perder el tiempo leyendo el periódico y encajando noticias, que lo haga, pero eso no va a remediar nada. Puedes incluir en el repertorio el incremento de exorcismos en los últimos días y el cierre de Megaupload, pero eso sólo son anécdotas para hacer gracias con el fin del mundo. Os aseguro que lo peor está por venir.
Y si os interesa como estoy pasando estos últimos meses de vida, os contaré que me mudé finalmente a ese piso de calle San Juan. No está nada mal la distribución. Está casi todo nuevo. Ah, y tiene jacuzzi. Pero, lo mejor que me ha pasado estos días fue que me fui a Madrid. He estado una semana recorriendo la capital de España con la excusa de la celebración de Fitur (la Feria Internacional de Turismo). Gracias a Gabi me dieron una acreditación como visitante en los días dedicados a los profesionales. Y me he traído cientos de folletos e ideas para viajar en estos meses. Lo que no he conseguido es ningún contacto carnal. Aquello parecía un pase de modelos. Lo mejor de toda la feria ha sido el expositor de Melilla: Cuatro chicas en bikini tumbadas en una playa virtual. Intenté hablar con una de ellas, pero parece que no la dejaban hablar con el público.
También he aprovechado la ocasión para recorrer la ciudad. Tanto de día como de noche. Desde la Plaza Mayor a Malasaña. Lo mejor, el domingo en La Latina. Primero fui al rastro y luego a tomar unas cañas por esos bares tan típicamente madrileños. De esta forma he conocido a Ana, una voluptuosa mujer de 35 años que celebraba el final de Fitur con sus compañeros periodistas. Me incorporé a su grupo y terminé quedándome a solas con ellas en un pub llamado 'Déjate liar'. El ósculo fue acertado y tuvo algo de continuación. Intercambiamos salivas, los teléfonos y ya está. Le dio el síndrome de Cenicienta. "Me tengo que ir ya, guapo", me dijo. Madrugaba al día siguiente para coger el AVE a Sevilla. Es de esa ciudad. Y no lo pueda negar con su cerrado acento. Me llamó "quillo" varias veces porque no recordaba mi nombre. Era lo único malo de su embriaguez. Si a eso se le puede buscar el lado negativo, claro. Le he prometido hacerle una visita en breve. Ella me ha dicho que vaya dentro de dos fines de semanas. ¡Me quiere llevar a ver el Betis! La chica no podía ser perfecta. Ya he aprendido en estos meses que, cuando te encuentras con una chica sexy, moderadamente inteligente y con ojos intensos, tiene que tener alguna tara psicológica. ¿Sería mejor que fuera coja? No lo sé, la verdad. Vaya preguntas me hago a veces.
Bueno, os contaré más novedades en breve. Quizás lo haga antes del fin de semana. Gabi me ha dicho que vaya a una fiesta de una amiga suya. El único requisito es ir disfrazado de algo relacionado con las galaxias y esas chorradas. Quizás vaya de tormenta solar.
Mientras tanto, el tiempo sigue con su empeño de seguir avanzando y dejándonos cada vez menos tiempo para disfrutar. Ahora sólo quedan 330 días para el fin del mundo. Sálvese quien pueda mientras tanto.

martes, 10 de enero de 2012

Quedan 345 días (Ernesto vuelve por fin)

No, no he desaparecido, pero no lo he pasado precisamente bien. Lo de escribir todo lo que iba a hacer no era tan buena idea, sobre todo si el tal Hedonista sigue colgándolo en la red. He estado casi un mes en la cárcel por un delito de evasión fiscal por esos famosos fondos de inversión en Gibraltar. Parece que alguno de los seguidores del blog conoce a alguien que es amigo, a su vez, de la vaca burra. La policía llevaba tiempo detrás de mí, pero mis continuos cambios de domicilio han conseguido despistarlos sin saberlo durante varias semanas. Pero, mi querida ex mujer se las ingenió para hacerme una visita en son de paz y localizar así el piso alquilado en la plaza de la Constitución. Por cierto, a la vuelta me he encontrado que ya está alquilado de nuevo. El dueño se enteró de mi asunto y me ha mandado todas las cosas a mi antigua casa.
Ahora estoy viviendo en la de Gabi, que me ha dejado vivir temporalmente en una habitación que más bien se asemeja a un trastero. Lógicamente doy por perdido el dinero que estaba en Gibraltar y los 5.000 euros impuestos por la fianza han salido de los pocos ingresos que tenía. De este modo, ahora mismo me encuentro al borde de una quiebra técnica. Dependo de la prestación por desempleo y de unos 9.000 euros que me quedan aún del préstamo personal. No voy a poder permitirme una vida tan sibarita como hasta ahora, así que tendré que optar por reducir mis lujos o bien optar por buscar alguna forma de ingresos fáciles.
La experiencia en prisión de poco me ha servido. He estado estos días en Alhaurín de la Torre, pero ni he conocido a Roca ni a ningún ex alcalde al que poder consultarle alguna maniobra para ganar dinero fácilmente. Sólo he conocido a algunos enganchados que han robado minucias. Eso sí, no con guante blanco como es mi caso.
Voy a seguir contando lo que se pueda para que mi querido amigo pirata pueda seguir publicándolo en el blog. Pero, está claro que no voy a dar muchos detalles sobre alguna maniobra de dudosa legalidad. Así que, si os extraña que pronto vuelva a derrochar el dinero, no me preguntéis de dónde lo he sacado. Secreto de confesión. Eso no quiero decir que lo vaya a hacer.
Ahora mi primer objetivo es encontrar una casa más o menos decente para vivir. El ático de la plaza de la Constitución era ideal. Siento defraudar a los seguidores que querían venir a la fiesta, pero lógicamente era imposible. Lo único interesante que he hecho en este tiempo de ausencia justificable ha sido el viaje a Dublín. Bonita ciudad, pero demasiado pequeña para mi gusto. Una vez visto el Temple Bar y digeridas varias pintas de Guinness, pocas cosas más puedes hacer allí. Me perdí por otras zonas, pero sólo encontré antros de macarrillas irlandeses con conciertos de aficionados y servicios repulsivos que olían a vómito, orina y heces.

Mañana voy a ver un piso por la calle San Juan. Tiene buena pinta. Por 500 euros, con dos dormitorios y a estrenar. Ahora, pendiente aún del juicio, me plantearé ciertas fórmulas para vivir bien. Con algo de suerte no me llegarán a juzgar antes del fin de nuestros días. Sin embargo, el juez me ha obligado a realizar un test psicológico o algo así para verificar mi estado de salud mental. Sospecha que no ando bien de la cabeza por mis continuos cambios de domicilio, por mi paso temporal por el psiquiátrico y, sobre todo, porque Teresa ha contado lo de este blog. Señor juez, si está usted leyendo esto, sepa que no he cometido ningún delito más que el de intentar salvar lo que he ganado durante años con mi trabajo para poder mantener a la que era mi mujer y mis hijos. Nunca he disfrutado de lo que he ganado y creo que es justo hacerlo ahora. Lo que yo piense sobre el fin del mundo es algo que se ha de respetar. Guste o no. Espero que me entienda y que se haga seguidor del blog y vea mis evoluciones. Y mientras tanto, sólo os digo a todos que el tiempo pasa cada vez más deprisa. Y ahora queda ya menos de un año. ¡Qué digo! Tan sólo 345 días para el fin del mundo. Hacedme caso y no perdáis más el tiempo.