martes, 15 de noviembre de 2011

Quedan 401 días (Veinte días después)

De nuevo han pasado una veintena de días para que vuelva a escribir. Tengo que reconocer que desde que sé que estáis leyéndome (puedo ver el número de visitas del blog del pirata que se hace llamar 'Hedonista') me siento algo intimidado. He llegado incluso a plantearme dejar de escribir, pero ahora no tendría sentido. De hecho, tampoco lo tendría que siga haciéndolo. ¡Qué se yo! Reconozco que los dos últimos comentarios anónimos me han alegrado bastante. De hecho me estoy llegando a plantear una fiesta salvaje en mi nuevo hogar.Conseguí hacerme con un magnífico ático de la plaza de la Constitución hace ya casi tres semanas. Tengo una gran terraza y unas vistas magníficas. No tiene sentido que desaprovechemos tan brillante ubicación. Lo idóneo sería hacer un gran encuentro anónimo. Si queréis, con máscaras. Cada hombre debería aportar al menos dos mujeres y ninguna de ellas debería tener una relación sentimental. Bueno, si la tuviera, debería estar abierta a un intercambio de pareja. La fecha puede ser el próximo 21 de diciembre, cuando que de justo un año para el fin del mundo. Lo de sacarse los penes al principio me parece demasiado soez. Es preferible que la noche hable por sí sola y no adelantar acontecimientos. ¿Qué os parece? Yo pondría la bebida y la comida, por supuesto. Espero ser un buen anfitrión. Es más, estoy dispuesto a aportar a Kasienka, mi querida polaca de ojos azules. Abandoné mis relatos justo antes de tener una cita con ella en Málaga. Ya os dije que mi objetivo era beneficiármela, pero no fue fácil lograrlo. La invité a quedarse en mi casa, pero terminó quedándose en la de una compatriota suya. Intenté no sentirme molesto y le eché paciencia. Tres citas más hicieron falta para convencerla y llevarla este pasado fin de semana al Hotel Convento de La Magdalena, un cinco estrellas situado en un recóndito enclave de Antequera. Un fin de semana romántico en una 'suite junior' que me ha salido por poco más de doscientos euros. Mereció la pena. Allí se entregó con bastante promiscuidad. La botella de vodka Diva Premium que nos subimos a la habitación fue el detonante de un fin de semana de éxtasis sexual. En la primera velada me dejó exhausto, pero al amanecer recobré fuerzas. Nos llamaron la atención por sus alaridos. Sexo del bueno, sin tabúes ni delicadezas. Aviso: En la fiesta la cambio por alguna similar, así que si ya habéis pensado en ella, necesito una desinhibida similar. Y, por supuesto, que esté de muy buen ver. Nada de orondas de carnes flácidas.
Durante estos veinte días han pasado muchas cosas, pero tampoco quiero aburriros con las gestiones que he realizado en Gibraltar o con las peleas que tengo con el vecino de abajo por el volumen de la música. He comprado billetes a Dublín para los primeros días de diciembre. . He salido varias noches por el centro en solitario y me lo he llegado a pasarlo muy bien. Eso sí, no he conseguido ligar con ninguna. A punto estuvo de caer una chica bastante ebria, pero sus amigas me calaron muy pronto. Las muy zorras impidieron que me la llevara a casa. Lo de ir solo por los bares no tiene que dar muy buen escaparate. Creo que he dado la sensación de ser un psicópata. Hace dos semanas encontré de nuevo a Gabi y sus secuaces. Les conté resumidamente mis historias y ellos las suyas, que apenas las recuerdo porque no me interesan un bledo. Me propusieron ir este próximo fin de semana a una casa rural. Cinco habitaciones, cuatro hombres (incluido yo) y ocho mujeres. La cosa promete. Me han dicho que van a llevar 'monguis'. Creo que es un hongo alucinógeno. No estoy seguro si lo probaré. Si algunos de los que lean esto en el blog de mi querido bucanero de las letras lo ha catado, que me diga su experiencia, por favor.
Mientras todo esto ocurre el mundo sigue con su particular agonía ecológica y económica. El desastre está cada vez más cerca y muy pocos lo vemos. Siguen creciendo las revueltas y la madre tierra muestra algunas señales de lo que será su gran venganza. Quedan 401 días. Mañana será una cifra más redonda y espero que mucho lo reflexionéis. Pensad en que yo empecé a escribir hace 225 días. Muchas cosas han cambiado a peor desde entonces. Ahora la progresión no va a ser aritmética sino geométrica. Amigos, hay que apretarse bien los machos. Lo dicho. Quedan sólo 401 días. Sed felices mientras tanto.