martes, 19 de julio de 2011

Quedan 520 días (La verdad según la vaca burra)

El tiempo pasa, pero hay días que se me antojan eternos. Llevo una semana alojado en mi humilde casita de Pedregalejo y he llegado al hastío, que mezclado con el terral malagueño puede ser lo más parecido al infierno. Al menos, compensan los paseos tranquilos por mi nuevo barrio adoptivo con la brisa de Levante y las largas tardes tomando mojitos y caipirinhas en sus bares. He dejado de ir a La Chancla porque intenté ligar con una de sus camareras y se puso muy borde. Ahora voy al bar de al lado, donde un tipo trasnochado pero simpático me ofrece las mismas vistas y a mejor precio. Eso sí, su camarera es algo 'cani', como se dice ahora por aquí.
He comido estos días en El Cabra, en Miguelito El Cariñoso, El Merlo... Y he terminado saturado de 'pescaíto frito'. He decidido que mañana me iré a la agencia de viajes para buscar un viaje que me refresque por fuera y por dentro. Mi próximo destino será Dublín, temperaturas suaves y cerveza negra.

El aburrimiento me ha hecho tener el móvil conectado, pero no lo cojo cuando suena, claro. Es más divertido así. En estos días he visto pasar las llamadas de Mónica, Marcela (¿seguirá por aquí), mi casero, Gabi...  No me interesa ni me conviene escuchar a ninguno de ellos.

 Y esta semana hubiera sido de lo más anodina si no llega a ser por el encuentro con la vaca burra. Fue ayer tarde. Estaba tan tranquilo saboreando el segundo mojito de la sobremesa cuando la distinguí a lo lejos. Sus andares son inconfundibles, aunque dudé por la ropa que llevaba y por el menor volumen de sus caderas. Quizás lo primero haya provocado lo segundo. Me sorprendió también verla sola. No hice ningún esfuerzo por esconderme. Es curioso. Si hubiera visto a cualquiera de las dos 'emes', lo habría hecho. Nos cruzamos las miradas y, sin saber por qué, ambos sonreímos. Debe ser cierto eso de que los años llevan a cierta complicidad. La invité a acompañarme a la mesa y charlamos amigablemente. Noté que no había rencor en su conversación. Es más me desconcertaba su actitud positiva y su sonrisa, algo bobalicona.
Pasada media hora, comenzó a buscar en su bolso algo. ¡Tabaco! Había vuelto a fumar. Su cajetilla sólo contenía un cigarro y en un movimiento algo brusco se le partió. Fue a buscar más nicotina en cajetilla en La Chancla. Sacó un billete de cinco euros para cambiarlo en monedas y me pidió que le vigilara el bolso. Se lo dejó abierto y aproveché para curiosear en su interior. Al principio, con la mirada; después hurgué con la mano. Quería encontrar alguna respuesta a su desconcertante estado de tranquilidad. Y lo único que me llamó la atención fue un sobre abierto con dos hojas en su interior. De su puño y letra. Por miedo a que me pillara en una acto reflejo la guardé en uno de los bolsillos de mi pantalón pirata. A su regreso, inventé tener una cita, cuando en realidad lo único que tenía era prisa por leer lo que venía en aquellos dos folios. Y ha pasado un día y aún no me lo creo.
Éste es su contenido:


"Hola me llamo Teresa y sinceramente, no sé ni por que escribo esto.
Empezó siendo solo un cúmulo de ideas, sin pensar demasiado, así sin más.
Todo comienza un día en el que mi marido se decide y, por fin, uno de los dos tiene el valor de poner punto y final. Se lo agradeceré de por vida.
He de reconocer que, al principio, se me hizo durísimo. No entendía nada y vivía aferrada a él. Ess cosa mala la costumbre.
Ya han pasado unos días, y lo veo todo más claro. Al que realmente echo de menos es al que me enamoró, ese petardo loco, con el que la vida era pura guasa. Siempre pensé que sería el cuarentón perfecto, con sus entradas, sus vaqueros, su camiseta de Barrio Sésamo, borracheras de cerveza en la barra de cualquier bar. Y yo, a su lado. No acierto a entender por qué se ha convertido en este otro, pero que se puede esperar de alguien que con veinte y pocos su máximo sueño es ser contable. .
Un poco snob ese veinteañero y, claro está, al llegar casi a los cuarenta y no sentirse triunfador... Se le ha juntado todo: Lla crisis adelantada de los cuarenta, su impotencia por sentirse infravalorado,  mucha frustración por no atreverse a ser como él era. Todo el día en traje. ¿Cómo se puede ser tan gris? Ahora querrá liberarse y recuperar los años perdidos.O se creerá que se le acaba el mundo. Vete a saber. Todo el día leyendo libros apocalípticos lo han convertido en quijotesco.

Para tener la vida que teníamos, mejor será así. Ya le molestaba hasta las risas de los críos.Se le olvidó a este hombre lo de disfrutar de los pequeños placeres de la vida. Bueno, ya acaparó demasiado de mi vida, como para seguir hablando de él. Se acabó. Para llegar hasta aquí lo pasé mal, desde luego. Miedo, inseguridad. Una mañana me di cuenta de que se me hacían insoportables las risas de mis hijos. ¡Y hasta ahí podríamos llegar! Sólo me quedaba una cosa, empezar de nuevo. Y en ello estoy.
Mi hermana (separada también) ha sido un gran apoyo, pero ni por ella, pienso caer en los típicos tópicos, no pienso pisar un gimnasio y adelgazar hasta meterme en la talla que usaba en la 'Uni? (a cierta edad o se tiene bien la cara o el culo, ya se sabe). No quiero teñirme de rubia, no me pondré uñas postizas ni pechos de silicona. Eso sí , como ya no compro trajes , ahora me puedo permitir más de un caprichito. He renovado toda mi ropa interior y parte de la exterior. No es por nadie en especial. Sin pisar un gimnasio he perdido algo de peso. Será por los disgustos.
En la puerta del colegio, he comenzado a hacer amistad con un grupo de madres. Me lo paso bien con ellas, desayunamos juntas a menudo y nos reímos un montón. Sobre todo con una de ellas. Se llama Vicky. Es súper divertida, muy positiva y siempre tiene una sonrisa. 
La única condición que pienso poner para el divorcio es que no vuelva a ver a los niños. No pienso permitir que los haga unos snob frustrados como él.
Esta noche salimos, mis nuevas amigas y yo. Me dicen que tengo que salir a por todas. ¿Y eso ahora cómo es? Se lo digo a ellas. De tener a alguien a mi lado, quiero a un padre para mis hijos.Si no, no quiero nada de nada. Para criar a otro más, ya tendré tiempo de adoptar a uno si mi trabajo nuevo va bien. 
A través de una de estas chicas, empecé a trabajar para una reconocida firma de ropa en el centro de Málaga. Y con mi edad y mi presencia, ha sido muy fácil hacerme un buen sitio. 
Lo peor es que como me siento tan bien ahora mismo , no me gusta nadie. Eso o no tengo la necesidad de tener a alguien. No lo sé. Lo que no me veo yo es pelando la pava como en la 'Uni'. .
Creo que no escribiré más. Lo que me ha llevado a hacerlo es una etapa que ya está cerrada. Aunque no descarto volver a garabatear y guardarlo en mi bolso. Ya hace 85 días que empezó mi nueva vida, en la que voy a ser yo. Me gusto, me divierto y disfruto de todo lo que me rodea.Guapa inteligente y lista que te cagas. 

Vuestra amiga, Tesa".

¿Tesa? ¿Guapa e inteligente? ¿Soy yo un snob frustrado? ¿Quijotesco? Esta vaca burra ha perdido la cabeza. No debería tener motivos para estar enfadado, pero lo estoy. Se me pasará, aunque reconozco que estoy algo desconcertado. Y ahora quedan 520 días para el final de todo esto.

5 comentarios:

  1. como quieres que la gente siga tu blogs si te tiras semanas sin escribir? la gente se cansa de esperar! ....

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  2. Todavia estás en estado de choc?????

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  3. Tienen aquí razón, menos juerga y más escribir

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  4. lo bien que se empieza y lo mal q se acaba! ;)

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  5. Ni estaba muerto ni estaba de parranda.

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